compositores – JuanDa Romero

compositores – JuanDa Romero

JuanDa Romero

foto juanda romero

A través de un amigo de la familia, tiene su primer contacto con el trombón con apenas cinco años. Ingresará posteriormente en el Conservatorio Mayeusis de Música y Danza y en la Banda Atlántida de Matamá. En el año 2005 se traslada al Conservatorio Profesional de Vigo y en el 2007 al Conservatorio Superior en la doble especialidad de Trombón y Fundamentos de la Composición. Paralelamente ingresa por libre en el Conservatorio de Grado Medio en la especialidad de Piano.

Ha ganado el Tercer Premio en la categoría infantil en los Concursos de Jóvenes Intérpretes de Vigo en los años 2003 y 2004. En 2004 a través de diversos cástings se clasifica para la Final de los Premios Veo-Veo transmitida, la gala por la Televisión de Galicia. En 2006 accede a la Joven Orquesta de la Sinfónica de Galicia (JOSG) y a la Escuela de Altos Estudios Musicais (EAEM) donde estudia con los profesores Jon Etterbeck (Principal trbn. Tenor OSG) y Petur Eirickson (Principal trbn. Bajo OSG). También durante este año gana el Premio Honorífico “David Russell” celebrado en el Conservatorio Profesional de Vigo.

Posteriormente, en 2007 participa en el primer encuentro de bandas sinfónicas, dirigido por el maestro holandés Jan Cober, con estudiantes de todos los conservatorios de Galicia. A través de esta experiencia es seleccionado junto a un pequeño grupo para participar en la European Union Youth Wind Orchestra, con músicos de toda Europa y dirigido también por Jan Cober. En el año 2009 gana el Primer Premio del concurso “José Valcárcel” celebrado en la Estrada y obtiene la plaza de alumno bolsista de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE).

Ha trabajado con solistas de lo más destacado del panorama nacional e internacional como Jay Friedman (Chicago S.O.), Ko-ichiro Yamamoto (Solista Internacional), Francisco Rosario (Sevilla S.O.), Charles Vernon (Chicago S.O.), Ricardo Casero (Les Arts – Valencia), Christian Lindberg (Solista Internacional) o James Markey (New York Phlilarmonic).

Ha estado bajo la batuta de directores como Alberto Zedda, Victor Pablo Pérez, Maximino Zumalabe, Jan Cober, David Ethève, Rubén Gimeno, Jaime Martín, Pietro Rizzo, Miguel Ángel Gómez Martínez o Francisco Navarro.

Al margen de su especialización instrumental ha recibido una profunda preparación en Análisis, Historia y Composición con profesores como Bart Piqueur, Pablo Beltrán, Javier Jurado, José María Laborda, Edson Zampronha o José Luís Turina. En

Durante este año ha colaborado con las orquestas: Sinfónica de Galicia (OSG), Orquesta Gaos (OG), Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) y la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE). En el año 2010 obtiene la Licenciatura de Trombón por el Conservatorio Superior de Vigo siendo, con tan sólo veinte años, el más joven de España en lograrlo.

Sus obras están editadas bajo el sello Dos Acordes (www.dosacordes.es)

«El día en que se apague la luz de nuestros ojos» para bombardino y piano.

El día en que se apague la luz de nuestros ojos, es simplemente, el título de una pieza para bombardino y piano inspirada en la sensación que para el compositor transmite la fugacidad de las cosas, cómo todo se transforma y cómo todo, a su vez, acaba.

Sumergida en un lenguaje pseudo-modal, la concepción de la primera parte sitúa como centro re menor, en la que da comienzo una introducción por parte del bombardino que imita posteriormente el piano. Éste da paso a diversas secciones intermedias, de estética más minimalista que desembocan en un Allegro grazioso, en el que de nuevo el bombardino y posteriormente el piano llevan la melodía principal. La pieza concluye con una breve Recapitulación del principio en el tono de la b menor, poco usual por la obvia acumulación de bemoles.

Paralelamente, y de manera opcional, se brinda la posibilidad al intérprete de realizar un juego de luces que reproduzca de manera totalmente personal su propia visión sin prejuicio de la trama musical, que es desde luego lo más importante. El objetivo es permitir que el ejecutante, entre en una atmósfera más interior, se acerque al mundo creativo del compositor y realice su propia aportación artística que meramente tocar el discurso musical de principio a fin.

Para ello, el compositor aporta unas simples pautas que en cualquier momento podrían ser objeto de cambios en función del tipo de escenario, luces disponibles, tamaño de la sala, etc. Así mismo, el intérprete posee total libertad de moverse por el escenario e incluso salir de él. La idea de emplear dos velas (encenderlas y apagarlas) también puede aclarar un poco más el título y en definitiva el significado de la pieza.

Si quieres descargar «El día en que se apague la luz de nuestros ojos» PINCHA AQUI

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